Córdoba, la perla más bella de Andalucía
Nota publicada el 5/12/21 en el suplemento
Voy de viaje de la Voz del Interior.
Especial Paz Casas Nóblega
Un recorrido por la ciudad española que dio origen al nombre de la provincia argentina. Preserva un legado histórico trimilenario que tiene cuatro declaraciones Patrimonio de la Humanidad.
Córdoba es
testimonio vivo de la riqueza monumental de las diferentes civilizaciones que
la poblaron: romanos, musulmanes, judíos y cristianos, quienes dejaron una
profunda huella en el patrimonio, la cultura, las costumbres y tradiciones.
Recorrer esta
ciudad, es adentrarse en su historia, es sentir su multiculturalidad y palpar
el sincretismo de su legado milenario. La Unesco reconoció la importancia
universal de sus bienes históricos al otorgarle el título de Patrimonio de la
Humanidad a la Mezquita Catedral (1984), al Centro
Histórico (1994), a la Ciudad Califal de Madinat al-Zahra
(2018).
También “La Fiesta de los Patios” (2012) cuenta con la
declaración de Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad, a lo que se suman las distinciones que
Córdoba tiene a nivel provincial y nacional: “Los
Muros de piedra seca”; las “Tamboradas de Baena”, “La dieta mediterránea” y el
“Flamenco”.
Estos reconocimientos posicionan a Córdoba en la cima mundial
de patrimonio y un referente del turismo internacional equiparándose a ciudades
como París y Roma.
Joya arquitectónica: La Mezquita Catedral
Durante los casi
800 años que los musulmanes vivieron en Córdoba, convirtieron a la ciudad en la
más floreciente, culta y poblada de Europa. Los dos monumentos más importantes
que construyeron, fueron La mezquita y
la ciudad palatina Madinat al-Zahra,
en las faldas de la sierra Morena.
La Mezquita
aljma está considerada única en su carácter en Europa. Es el monumento más
importante de todo el Occidente islámico y el tercero en su tipo, después de la
Meca y la Mezquita Azul de Estambul. En
su historia se resume la evolución completa del estilo omeya en
España, además de sus sucesivas ampliaciones que aglutinan lo gótico,
renacentista y barroco de la construcción cristiana.
Su construcción
comenzó en el año 785 y la consagración del templo como catedral se realizó en
el año 1236. En 1523 se construyó la capilla mayor, el crucero y el coro. Dispone
de 60 capillas que abrazan el templo en un espacio de 24000 mts2, sostenido por
1300 columnas bicolores de gran efecto cromático con arcos de herradura.
La capilla N°41,
llamada Benditas Ánimas del Purgatorio, conserva los restos del afamado
escritor Inca Garcilazo de la Vega, quien fuera “hijastro” de Luisa Martel de
los Ríos, esposada en segundas nupcias con Jerónimo Luis de Cabrera, fundador
de Córdoba de la Nueva Andalucía.
Afuera de la
Mezquita Catedral, se encuentra el Patio de los Naranjos, -el ex patio de
ablución- cobija la famosa Fuente del olivo, la cual según la leyenda, concede
el deseo de otorgar un novio para muchas mujeres que lanzan su moneda. Actualmente
se están realizando excavaciones en el patio, ya que se encontraron arqueológicos
del siglo V, lo que podría indicar que la Mezquita se construyó sobre la base
de una antiquísima edificación de un complejo episcopal y no sobre la iglesia
de San Vicente, una idea ampliamente extendida a principios del siglo XX.
Medina
Azahara, ciudad palaciega
La medina se
encuentra ubicada a los pies de Sierra Morena, a ocho kilómetros de la capital
cordobesa. Se trata de un yacimiento arqueológico que engloba los majestuosos
vestigios de la ciudad palaciega edificada a mediados del siglo X por la
dinastía de los Omeyas para que fuera sede del califato de Córdoba.
La grandeza de
la ciudad fue diseñada para mostrar y simbolizar el poder del Califa. Su tamaño
era directamente proporcional al del “harén” de mujeres que tenía. Por citar un
ejemplo, en el gobierno de Abderramán III, su harén estaba compuesto de unas 6.300
mujeres con quienes llego a tener a tener 19 hijos y 16 hijas quienes habrán
tenido espacio para jugar y correr por 112 hectáreas del predio.
Después de un
próspero periodo de siete décadas, la medina fue saqueada durante la guerra
civil sucesoria de 1009-1010 que acabó con el poder de los califas. Los restos
de la ciudad cayeron en el olvido durante más mil años, hasta su
redescubrimiento en el primer tercio del siglo XX.
Este sitio
urbano abarca numerosas infraestructuras —calzadas, puentes y sistemas
hidráulicos— así como edificios, elementos decorativos y objetos de uso diario
que permiten conocer más a fondo la época de máximo esplendor de la
desaparecida civilización islámica occidental de al-Ándalus.
El antiguo casco histórico
El centro de
Córdoba es el segundo más grande de España: cuenta con 250 hectáreas, 482
calles, 18 plazas y casi 5000 edificios que albergan una riqueza monumental
testimonio de las diversas culturas que han vivido en la ciudad. Un trazado
irregular con calles, plazas, estatuas, callejas estrechas y adarves, definen
característicamente el casco histórico de Córdoba.
De la civilización judía, conserva el barrio más antiguo y
hasta el más bello enclavado en el barrio
La Judería. Situado al noroeste de la Mezquita Catedral, su aspecto no
difiere mucho del que debió tener el resto de la urbe islámica, con sus patios
de flores y sus callejas típicas.
La Calleja de
las Flores es un ícono de la ciudad, ya que desde allí puede verse la Mezquita
Catedral como encajada desde los muros que flanquean la calle. A pasos de este
singular enclave se encuentra la
calleja
más angosta de la Judería: la Calleja del Pañuelo. Su nombre se debe a que
tiene la anchura justa de un pañuelo extendido en diagonal. La calle no tiene
salida, termina en una pequeñísima placita con una fuente y naranjos.
Perderse por
estas calles, no tiene desperdicio. Avanzando por la calle Judios, se encuentra
la Sinagoga, construida en el
s. XIV. Es la única construcción de su tipo en Andalucía y la tercera mejor
conservada de época medieval de toda España.
La calle Judíos
desemboca en la Plaza de Tiberíades, presidida por una majestuosa estatua en
bronce en honor a Maimónides, ilustre filósofo y médico judío cordobés nacido
en el año 1138. Un pensador que desde muy temprana edad se dedicó a los
estudios de la Biblia y del Talmud, así como de la filosofía, la ciencia y la
cultura islámica para convertirse en uno de los grandes pensadores de la Edad
Media.
Los
patios y sus flores
El clima seco y
caluroso de Córdoba obligó a
adaptar la tipología de casa popular, centrando la vivienda en torno a un patio
que normalmente tenía una fuente en el centro o un pozo. Los musulmanes
readaptaron este esquema, dando entrada a la vivienda desde la calle a través
de un zaguán y colocando vegetación abundante para que sea más fresca. Desde
entonces la detallada decoración de los mismos, convirtieron estas casas
solariegas en espacios de visita.
La Fiesta de los Patios comprende dos acontecimientos
principales: el Concurso de Patios y la Fiesta de los Patios. En el concurso se
otorgan diversas categorías de premios en función de la ornamentación floral de
los patios, rejas y balcones. La Fiesta de los Patios es
un concurso que celebra este año, un centenario de vida y se realiza en el mes
de mayo. Por espacio de doce días, los patios se ornamentan con un sinnúmero de
plantas como geranios, buganvilla, gitanilla y claveles, con sus aromas
característicos y su singular ubicación en las paredes, conforman un tapizando vivo de la naturaleza.
Córdoba contemporánea
Córdoba es una ciudad histórica por
naturaleza, encantadora por sus legados: de lo romano se destaca el Puente y el Templo Romano; de lo musulmán,
la Mezquita, la Medina Azahara y los
Baños Califales; de lo judío, el barrio La Judería y la Sinagoga; y de lo cristiano,
por el Alcázar de los Reyes cristianos y las 14 iglesias fernandinas.
Sin embargo, existe una Córdoba
contemporánea de riqueza artística y arquitectónica. El mejor
ejemplo es el Centro
de Creación Contemporánea (C3A) un espacio dedicado a la producción y creación de artistas.
También la renovada Sala de Orive del Convento de San Pablo recuperada para eventos culturales
y el Balcón del Guadalquivir, un parque al
borde del río desde el cual se puede distinguir el perfil de la ciudad antigua.
Por último destaca su modernidad, el Centro de Recepción de Visitantes ubicado al lado de la puerta del puente
Romano.
Otra característica de la Córdoba actual, es su exquisita gastronomía, la cual ofrece numerosos platos
y productos con identidad propia como el salmorejo, el flamenquín, el rabo de
toro, la tortilla de papa y sabor dulce del vino Pedro
Giménez. Asimismo los
alimentos con denominación de origen que tiene como el aceite de oliva, el vino
amontillado y el jamón ibérico. Se encuentran en estudio los olivares, como un auténtico
paisaje cultural futuro Patrimonio de la Humanidad.
La cultura taurina continúa fuertemente enraizada a través de espectáculos
ecuestres, donde los caballos andaluces bailan al compás del flamenco. Al lado del
Alcázar de los Reyes Cristianos, en las Caballerizas Reales, se encuentra este
espacio, dedicado a honrar la cultura del caballo.
El flamenco es el arte de excelencia en Córdoba. Existen varios lugares para al
baile y la música flamenca, como bulerías, malagueñas, fandangos, soleares o alegrías
cordobesas, propias de la ciudad. Es imperdible la visita al Centro del
Flamenco el “Fosforito” ubicado en la antigua Posada del Potro, sitio donde se
hospedara Miguel de Cervantes y que gracias al encanto de este lugar, fue
inmortalizado en su obra más conocida Don Quijote de la Mancha.
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